Me acosté en el suelo; sin abrir los ojos. Había aprendido que de esa oscuridad nacían formas. Traté de verlas y de no pensar en nada más; ni siquiera en el dolor que me llegaba desde la panza. Nada; salvo un brillo que miré con toda atención hasta que se transformó en dos ojos negros.
Fecha Publicación: 04/2019
Me acosté en el suelo; sin abrir los ojos. Había aprendido que de esa oscuridad nacían formas. Traté de verlas y de no pensar en nada más; ni siquiera en el dolor que me llegaba desde la panza. Nada; salvo un brillo que miré con toda atención hasta que se transformó en dos ojos negros. Y de a poco; como si la hubiera fabricado la noche; vi la cara de María; los hombros; el pelo que nacía de la oscuridad más profunda que había visto en mi vida».
Cuando era chica; Cometierra tragó tierra y supo en una visión que su papá había matado a golpes a su mamá. Esa fue solo la primera de las visiones. Nacer con un don implica una responsabilidad hacia los otros y a Cometierra le tocó uno que hace su vida doblemente difícil; porque vive en un barrio en donde la violencia; el desamparo y la injusticia brotan en cada rincón y porque allí las principales víctimas son las mujeres. En la persecución de la verdad; en el descubrimiento del amor; en el cuidado entre hermanos; Cometierra buscará su propio camino.
Dolores Reyes ha escrito una primera novela terrible y luminosa; lírica; dulce y brutal; narrada con una voz que nos conmueve desde la primera página.